Estoy completamente harta de las falsas ayudas, de las inútiles rampas, de los ascensores en los que no cabe una silla de ruedas, al menos la mía no, y de que donde hubo un acceso fácil, hacen obras y no vuelven a dejarlo como estaba antes creando una nueva barrera.
Estoy harta de oir:
"A mi casa puedes venir perfectamente, no tienes excusa porque hay ascensor". Me gasto un dinero y un rato de tensión con un taxi adaptado, llego, y ¿que encuentro? ¡7 escalones entre la puerta de la entrada y el cubomovil!.... Y para entrar y caber tienes que sacar la llave inglesa o las Allen, y desmontar los posa piés, con lo que te llevas unos golpes muy dolorosos y las tardecitas antivuelco de atrás, después de probar un montón de veces, te das cuenta que no cabes, y regresas a casa con un cabreo monumental.
"A esta iglesia puedes ir, porque hay una estupenda rampa, no tendrás dificultades". Y aparte de estar a 2 km de mi casa, llego y hay un doble escalón de unos 40 cmts., con una rampa muy empinada para ascender, y el mismo escalón pero sin rampa para descender, ¡un precipicio!...
Hay un libro con los "hoteles adaptados", 1todo mentira!, hay rampa si, para subir y bajar al exterior, pero si quieres ir a la piscina debes salvar escalones, un suelo espantoso, y olvídate de usar los vestuarios, no hay ni uno adaptado, lo mismo digo de baños, etc..
Las sillas de ruedas convencionales, como su nombre ya indica, son la mayoría tienen las ruedas de delante sueltas y las de atrás fijas. Si bajas un escalón de frente, las ruedas en vez de permanecer paralelas se alinean y el resultado es invariable ¡patapof! y frente al suelo con rotura de gafas si las llevas, y "desperfectos" en la frente. En una parroquia muy conocida,hay una rampa fantástica, con apoya manos y todo, solo cabe la silla, vas subiendo y al llegar al final de la rampa, cuando ya no hay sitio para girar la silla, un escalón de 25 ctm... De frente al suelo.
Ahora se está hablando mucho de la eutanasia, y hay opiniones encontradas. Se critica a los suicidas sin haber estado en su piel. Si nos hacen la vida imposible ¿que remedio nos queda que no sea el suicidio? Yo jamás pronuncié mis votos de monja, pero no puedo salir a la calle porque está imposible, no puedo ir al médico, ni quiere desplazarse a mi casa, no puedo ir a la iglesia, ni a conferencias, ni teatros, ni restaurantes, ni tiendas... Esto quita las ganas de vivir al más animado.
¿Alguien sabe porque en las grandes avenidas hay un escalón que separa ambos sentidos?¿Porque no pueden poner una rampa?¿A quien le sirve este inoportuno escalón sube y baja?
Hay un proverbio que dice: "Si tienes un limón, hazte una limonada". Y yo añado que con humor o sin humor, con o cruz, no queda más remedio que seguir adelante, lo mejor posible.
