UN MUNDO PARA TODOS

¿Quien no puede subir una rampa o bajar una pendiente?¿Quien no puede pasar por una puerta de más de 70 centímetros de ancha?¿Quien no puede pisar un terreno liso? ¿Quien no puede circular por una acera ancha? Todos podemos hacerlo, pero si las puertas son estrechas, por regla general las de cuarto de baño, un lugar imprescindible para TODOS, son de 60, y una silla de ruedas no puede pasar, como tampoco puede dar saltitos, y las ruedas no suben para salvar escalones... A nadie benefician estas injusticias y discriminación negativa.

HAGAMOS UN MUNDO PARA TODOS. Entre TODOS podemos conseguirlo. ¿Te animas?

viernes, 24 de febrero de 2012

jueves, 23 de febrero de 2012

Circular es posible, aún en silla de ruedas

Nov


10

Visita www.circularconsilladeruedasesposible.blogspot.com Acabo de abrir un blog, en parte para promocionar mi libro electrónico:

Circular es posible, aún en silla de ruedas



y en parte con el deseo sincero de que mi experiencia te sirva por lo menos para que no te des los mismos batacazos que yo me di, o si puedes andar perfectamente, pero por azares de la vida repentinamente te toca hacerte cargo del cuidado de alguien que se desplace con ruedas, y no tenías ni idea, si te puedo ayudar ¡soy feliz!





En este libro, pongo a tu disposición, mi larguísima experiencia a bordo de diversos artefactos, a cual más peligroso, en un medio hostil, peligroso e insalubre, así es como considero mi actividad circulando, y no por gusto o ganas de riesgo, entre camiones de carga o autocares, entre conductores agresivos, descuidados, e insolidarios que tanto pululan en las malas carreteras de mi pequeña patria Palma de Mallorca. El motorista de humo pestilente que se te para delante en los semáforos, y todo el tufo te va a la nariz... Los conductores que te rozan gritando: "A la aceraaaaa", una acera inexistente en carretera o con un escalón de un palmo en la ciudad; que encima se cree que te ha hecho un favor, que te está educando, y no puedes devolverle el grito porque ya ni lo ves ni lo oiría, y tienes que tragarte la rabia contenida... Los que no te ven y te rozan de verdad haciendo bastante daño, que también te tienes que aguantar, porque ni te dió tiempo de retener su número de matrícula... El que con gracietas estúpidas como "Vas en dirección contrariaaaaaa", que tanto si te mueves a brazo partido o si dependes de unas baterías de duración muy limitada, no estás para kilométricas vueltas, para ir en la dirección correcta....





No incluyo en el blog todo el libro, solo un resumen de cada uno de los temas. El libro entero me lo puedes pedir en belrosszag@gmail.com, por el módico precio de 15€, te aseguro que vale lo que pido, además hay muchas fotos, poesías, etc







Posted 10th November 2011 by Bel Rossiñol de Zagranada

Vamos a la calle, ¿podremos volver?

Antes de pisar la vía pública tengo dos noticias que darte: una buena y otra mala, mejor antes esta última.

Cuando un conductor veterano, en trastos realmente pesados, o un conductor medio dormido o de resaca, o un loco en moto, sale a una gran vía, lo último que espera, es que le salga de no sabe donde un indivíduo sin casco en silla motorizada, a una velocidad relativamente rápida, o en dirección contraria, o que pretendiendo una autonomía que no tiene, aterriza con su mentón en el suelo ante si, desparramando sus dientes en el asfalto...


Es muy importante tener en cuenta, que para el 98% por ciento de los usuarios no tenemos derecho ni a salir por la calle. Para el que va por la calzada, único medio que no nos queda más remedio que compartir, en la mayoría de los casos, piensa que no tenemos derecho a ello, a pesar de que llevamos dos motores y cuatro ruedas, porque no desarrollamos la velocidad que ellos llevan. Millones de veces me han rozado con su onda expansiva o directamente, por pasar muy cerca y un único grito: ¡A LA ACERAAAAAAA!... Pasan tan rápido que no tienen oportunidad de oir mi respuesta: ¡A la optica cegatooooo! ... Porque las ruedas pequeñas, no suben desniveles, no se levantan por si solas, y si miraran antes de gritar, comprobarían que en la mayoría de los casos, son de unos 20 centímetros, lo mismo que nuestras ruedas pequeñas, ¡imposible subir! y es mucho lo que arriesgan nuestras vidas con su peligrosa actitud.

Pero la cosa no acaba aquí. A los usuarios de los reservados a peatones no les gusta encontrarse con una silla de ruedas, les incomoda nuestra velocidad, en el fondo piensan que deberíamos arrastrarnos ante ellos, no adelantarles gracias a la potencia de nuestros bimotores o la fuerza muy musculada de los parapléjicos que impulsan con sus dedos los enormes aros. Los ancianos que se encuentran con nosotros temen seriamente que les atropellemos, como si no controlaramos el tema. NO SOMOS BIEN RECIBIDOS EN LAS ACERAS, y prueba de ello, son los escalones de acceso, columnas, barrotes, papeleras, postes, baches, obras, sillas de bares, bancos que impiden definitavemte nuestro curso, estan ahí para impedirnos el paso PORQUE NOS RECHAZAN EN LA ACERA.



Hace pocos días, me gritaron porque utilizaba la vía de bicicletas a las 8,30 de la mañana... ¡Señora esta vía no es para carros! Esta vía la uso mucho porque allí si se han preocupado de que el suelo sea bien asfaltado, limpio, liso, y sin interrupciones, por eso te recomiendo hacer lo mismo, pero no hay que olvidar, que es como otra carretera, y practicar las mismas normas: ir por la derecha, ceder paso a vehículos más rápidos, ceder el paso en los pasos de peatones, etc. Yo lo observo a rajatabla, ¿merecía este grito? Honradamente pienso que no.



Resumiendo la mala noticia: no nos aceptan, ni en la acera, ni en calzada, ni carril para bicicletas. En el espacio aereo no lo he probado, la verdad.



La buena noticia



Como no somos aceptados en ningún medio, ¡es la guerra! ¡voy por donde me da la gana! observando las normas, con cuidado a que no me atropellen ni atropellar a nadie, que no haya cristales o clavos quee pinchen las ruedas, o que no haya cacas con las que ensuciarme las manos o la ropa y que pueda seguir recto, no como en algunas rampas, luego tienes que volver por donde subiste para poder bajar malgastando batería y tiempo.

LA CALLE, peligro de depresión, tortazo o la muerte

Calles inhóspitas


Creo que las calles son inhóspitas para todos, pero para los usuarios de diversos tipos de silla de ruedas, es peor aún si cabe. Y no es que seamos "susceptibles", como nos acusan, pero si mucho más vulnerables, con un abanico de peligros mucho más largo que los bípedos, (criaturas que pueden permitirse el lujo de desplazarse a dos pies). Para los que no tenemos este privilegio, disfrutado por una larga mayoría, un simple desnivel de tres centímetros, una puerta de 60, que también son la mayoría en los baños, una acequia... ¡Es el fin!...¿Se acabó el trayecto!...

No queremos ser el quejica de turno, o la mosca cojonera, hablando en lenguaje más llano... Pero no nos queda otro remedio que ir denunciando estas barreras en la esperanza de que un día no muy lejano, no estén.

lunes, 20 de febrero de 2012

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